Dada la importancia que tienen las matemáticas en nuestra sociedad, sorprende el alto
nivel de fracaso que conllevan y sobre todo la frustración que generan en los niños,
desde las primeras etapas de la educación, incluso generando actitudes negativas hacia
la escuela.
En las sociedades desarrolladas, como la nuestra, las matemáticas ocupan un lugar destacado,
ya que nos rodean por todas partes en nuestra vida cotidiana, en las señales de tráfico, a
la hora de comprar algo, los elementos de medida, las horas, en la talla de nuestra ropa…
"Por ello, muy probablemente, la persona que no domine ciertos aspectos
matemáticos presente una dificultad de adaptación social. (Gallego, 2002)"
Por esto,
consideramos crucial, que se modifique la metodología de trabajo con las matemáticas,
ya que si es una de las ciencias más importantes de nuestra sociedad, y además nos
rodea en nuestra vida cotidiana podemos interaccionar con ellas, experimentar,
manipular, errar, crear… y salir al mundo a entenderlas.
Las matemáticas ofrecen al
individuo las herramientas necesarias para participar de una forma activa y constructiva
en la sociedad.
Debemos cambiar el modo de enseñar las matemáticas, para que éstas se conviertan en
un instrumento útil para nuestros alumnos en la sociedad, a la hora de solventar sus
problemas diarios, por ejemplo.
Con actividades más motivadoras, partiendo de los
conocimientos previos del niño y de su entorno próximo, podremos incrementar el
interés general hacia las matemáticas por parte del alumnado. Además, debemos
fomentar su autonomía, dejando que ellos sean ellos lo que a través de la exploración y
la manipulación, creen sus propios aprendizajes, despertando de este modo su
creatividad.
Si recordáis los primeros días de clase surgió en la asamblea hablar de los años que tenía cada uno, sobre todo a raíz del cumpleaños de Pedro, que pasó de tener 2 a 3 años.
El número 3 resulta muy significativo para la mayoría de la clase puesto que excepto tres (Zacarías, Antonio y María Prados) todos tienen ya los tres años cumplidos.
Los números están por muchos sitios aunque ellos solo los encontraron en el reloj de la clase y en su ropa en principio.
En si día hicimos un listado donde solo están anotados los que tienen tres, cada uno escribió su nombre a su manera y en esta lista de aquí a terminar el año estarán todos.
Una vez empecemos el 2.018 muchos de ellos empezando por Celia y Javier Rodríguez pasarán a la lista de 4 años y así hasta que acabe ese año, y de nuevo se abra la lista de 5 y de 6.
Como reconocer el nombre de sus compañeros les cuesta, la mayoría no reconoce ni el suyo aunque lo tengan en la percha y en las bandejas, resulta más fácil que ellos vayan sabiendo quienes se hacen mayores si ven las fotos de los que ya tienen tres años, por eso cada uno a decorado una pequeña tartita y le ha pegado su foto.
Entre varios han decorado una tarta grande y la vela del número tres para a continuación ir colocando cada uno su tarta en el mural que teníamos preparado o junto al número 2 los que aún no han llegado a esa edad.
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